Píldoras de la crítica. Balzac y el heroísmo de la vida moderna. Charles Baudelaire

(Apenas un breve extracto para pensar, sin hacer crítica de la crítica, ni hacerse parte de entreveros, ni tener que recorrer estos caminos)

“Cuál puede ser el lado épico de la vida moderna”, se pregunta, criticando la pereza de aquellos, pintores en particular, que repiten “representar incesantemente el pasado”; preocupado porque “la gran tradición se ha perdido, y la nueva no está formada”.

Menciona, el dandismo. Menciona “el espectáculo de la vida elegante y de las miles de existencias flotantes que circulan por los subterráneos de una gran ciudad -criminales y entretenidas”.

Pero el mayor exponente no es el que trata esto. Acaso porque recuerda a los artistas que representan como expresión de la vida moderna “temas públicos y oficiales”, aunque, recuerda “hay otros temas privados que son muy heroicos de manera diferente”, Balzac es el elegido.

“Pues los héroes de la ‘Ilíada’ no os llegan a los talones, ¡oh Vautrin, oh Rastignac, oh Birotteau, y vos, oh Honoré de Balzac, vos el más heroico, el más singular, el más romántico y el más poético entre todos los personajes que habéis sacado de vuestro seno!”.

Si Balzac, sus personajes, y él mismo. Es que, “se cuenta del sr. Balzac (¿quién no escucharía con respeto todas las anécdotas, por pequeñas que sean, referentes a este gran genio?), encontrándose un día ante un hermoso cuadro, un cuadro de invierno, muy melancólico y lleno de escarcha, con cabañas y feos campesinos desparramados- tras contemplar una casita de la que ascendía un raquítico humo, dijo: ‘¡Qué bonito! ¿Pero qué hacen en esa cabaña? ¿en qué piensan? ¿cuáles son sus preocupaciones? ¿han sido buenas las cosechas? ¿tendrán deudas que pagar?’

Ría quien quiera del sr. Balzac. Ignoro quién es el pintor que ha tenido el honor de hacer vibrar, conjeturar e inquietar el alma del gran novelista, pero pienso que así, con su adorable ingenuidad, él nos ha dado una excelente lección de crítica. A menudo apreciaré un cuadro únicamente por la suma de ideas o de ensoñaciones que aporte a mi espíritu”.

(Baudelaire. Del heroísmo de la vida moderna)