
Borges y Virgilio. El goce estético: la amistad: clásico y barroco
“Virgilio es nuestro amigo”.
Aquí encontramos esa emoción que define, diría que por sobre cualquier otro criterio, la relación de Borges con sus lecturas, con los libros y los autores que leyó, aquí, con Virgilio.
Nos recuerda “yo soy un lector hedónico, lo repito; busco emoción en los libros”.
***
¿Por qué es amigo nuestro?
Crítica de la crítica: “Ahora lo perjudica nuestra costumbre de leer los libros en función de la historia, no de la estética”.
Borges nos muestra algunos goces estéticos que nos depara la Eneida:
“Virgilio no nos dice que los aqueos aprovecharon los intervalos de oscuridad para entrar en Troya; habla de los amistosos silencios de la luna. No escribe que Troya fue destruida; escribe ‘Troya fue’. No escribe que un destino fue desdichado; escribe ‘De otra manera lo entendieron los dioses’. Para expresar lo que ahora se llama panteísmo nos deja estas palabras: ‘Todas las cosas están llena de Júpiter’. Virgilio no condena la locura bélica de los hombres; dice ‘El amor del hierro’”.
***
Por los versos que crea, Virgilio “clásico entre los clásicos, es también, de un modo sereno, un poeta barroco. Los cuidados de la pluma no entorpecen la fluida narración de los trabajos y venturas de Eneas”.
***
Es un extraño clásico. “Virgilio se propuso una obra maestra; curiosamente la logró. Digo curiosamente; las obras maestras suelen ser hijas del azar o de la negligencia”.
***
Esa emoción de amistad, en Borges, llega a través de Dante, más que de la directa lectura de Virgilio. O, tal vez, le permite Dante reconocerla junto con la lectura de las obras de Virgilio.
“Tenemos el otro personaje. En verdad, en la Comedia hay tres, pero ahora hablaré del segundo. Es Virgilio. Dante ha logrado que tengamos dos imágenes de Virgilio: una, la imagen que nos deja la Eneida o que nos dejan las Geórgicas; la otra, la imagen más íntima que nos deja la poesía, la piadosa poesía de Dante. Uno de los temas de la literatura, como uno de los temas de la realidad, es la amistad … Hay muchas amistades en la literatura … La amistad es un tema común, pero generalmente los escritores suelen recurrir al contraste de los dos amigos … En el caso de Dante, el procedimiento es más delicado. No es exactamente un contraste, aunque tenemos la actitud filial: Dante viene a ser un hijo de Virgilio y al mismo tiempo es superior a Virgilio porque se cree salvado”.
Tal vez sea porque el Virgilio de Borges, es un sueño de Dante. “Virgilio, como Diomedes y Ulises [nos está hablando del Canto XXVI de la Comedia], son un sueño de Dante”.
Sí, podemos querer la amistad de alguien, de un autor, de Virgilio, de entrada, antes de conocerlo, antes de leerlo casi, porque así lo siente otro que admiramos.
***
También, como resultado de la lectura directa de su obra. Dante “era un devoto lector de la Eneida”.
Y, además entonces, no solo un autor crea sus propios precursores, sino que los precursores crean sus sucesores. Influyen, con y sin angustia; inspiran; dialogan uno con otro a través de los siglos.
***
Volvamos al inicio.
Nos habla, en la Comedia, de la sonrisa de Beatriz, cuando Dante pierde a Virgilio en el Purgatorio y lo releva Beatriz. Claro que hay una posible lectura alegórica:
“El texto dice entonces:
Cosi orai; e quella, sí lontana
Come parea, sorrise e riguardommi;
Poi si torno all’etterna fontana
¿Cómo interpretar lo anterior? Los alegoristas nos dirán: la razón (Virgilio) es un instrumento para alcanzar la fe; la fe (Beatriz), un instrumento para alcanzar la divinidad; ambos se pierden, una vez logrado su fin. La explicación, como habrá advertido el lector, no es menos intachable que frígida; de aquel mísero esquema no han salido nunca versos”.
Sigue Borges con su lectura de la sonrisa de Beatriz, para decirnos que “yo sospecho que Dante edificó el mejor libro que la literatura ha alcanzado para intercalar algunos encuentros con la irrecuperable Beatriz … imaginó la escena para imaginar que estaba con ella”.
Nosotros, sigamos la misma ruta, pero con Virgilio. Imaginó a Virgilio, de quien era devoto lector, a quien, a través de Dante podemos sentir como un amigo, que Dante sentía como maestro y padre, que eligió ser su sucesor creando su mundo con el mundo creado por Virgilio para darnos otro mundo, un amigo, al que podemos admirar.
Por el placer estético que nos depara, por los mundos que crea para nosotros, para que nosotros imaginemos a su vez otros mundos.