
Píldoras de la crítica. La novela, el mecanismo de su poder sobre el lector. Italo Calvino
(Apenas un breve extracto para pensar, sin hacer crítica de la crítica, ni hacerse parte de entreveros, ni tener que recorrer estos caminos)
Hablando de R. L. Stevenson, menciona a la pasada “el mecanismo que asegura su [de la novela] poder sobre el lector”. No lo desarrolla, pero en su recorrido por diversos clásicos, sus clásicos, nos da una serie de pistas.
Uno, y aún permaneciendo con R. L. Stevenson, es que “el núcleo secreto de este relato – que, como suele suceder tiene más de uno”: es decir, la multiplicidad de significados posibles en una gran obra literaria.
Pero, ¿dónde se puede determinar el significado (o significados) de una novela? “Como ocurre siempre con los grandes novelistas, el significado del libro debe buscarse no en la suma de ideas enunciadas, sino en la suma de imágenes y sensaciones, en el sabor de la vida, en los silencios”.
No se trata de un rechazo a las ideas que pudieran impulsar la obra de creación. En W. Defoe, “este fundador de la novela moderna”, encuentra esa “mezcla de aventuras, espíritu práctico y compulsión moralista”, esto último podemos asociarlo a la idea encapsulada, formulada como tal.
Aunque no puede agotarse allí, como sabemos. Y, con Savinien de Cyrano -Cyrano de Bergerac, “precursor de la ciencia ficción”, estamos ante “un escritor hasta la médula, que antes que ilustrar una teoría o defender una tesis quiere poner en movimiento un carrusel de invenciones”.
Que se puede hacer, refiriéndose a Flaubert [pero podemos agregar aquí a Stevenson y Borges] con el poder de la imagen. “Hay una historia de la visualidad novelesca -de la novela como arte de hacer ver personas y cosas … la imagen: el máximo de economía con el máximo de rendimiento”.
Porque, ya lo sabemos, “la tentativa principal de cualquier novelista: hacer olvidar al lector que está leyendo un libro para que se abandone a la historia narrada como si la estuviera viviendo”.
¿Y cómo lograr tal prodigio, si hablamos de literatura no de pintura para referirnos a las imágenes? Porque son las que crea con las palabras. De Cardano dice que escribía “no como polígrafo que tiende a la enciclopedia universal; no como cartógrafo que llena página tras página; sino como escritor que persigue con las palabras algo que escapa a la palabra”.
¿Y cómo “abandonarse a la historia narrada” remitiéndonos solo con palabras a imágenes que nos hagan creer que es la vida misma? “La impresión que da Tolstoi de llevar a la página escrita ‘la vida’ misma no es sino un resultado de arte, es decir, un artificio más sabio y complejo que muchos otros”.
Para eso, la novela ha tenido “las más diversas encarnaciones”: *las novelas de aventuras, con Stevenson – *Las analíticas, psicológicas, con H. James, con Proust – *Las malditas, con Poe – *Las de la crisis – *La heroica, la romántica, la quijotesca, la caricatural, la veleidosa, la fracasada, la trágica – *La entretejida de interrogaciones supremas, con Dostoyevski – *La de la barbarie, la violencia, con Pasternak, Sholojov (que la justifica y ennoblece), Hemingway (que la cree una viril puesta a prueba), Malraux (que la estetiza), Faulkner (que la consagra), Camus (que la vacía), Pasternak (que lo agota) – *La novela de los héroes de la negación, outsiders, etrangers.
(Además, se refiere a otro aspecto formal: la extensión, y con la extensión, su estructura, pretensiones y posibilidades. “Que una novela montada como en el siglo XIX, que abarque una historia de muchos años, con una vasta descripción de la sociedad, arriba necesariamente a una visión nostálgica, conservadora … Creo que no por nada nuestro tiempo es el del cuento, la novela breve, el testimonio autobiográfico: hoy, una narrativa verdaderamente moderna no puede sino poner su carga poética en el momento en que se vive, valorizándolo como decisivo e infinitamente significante; por eso debe estar en el presente, darnos una acción que se desarrolle enteramente ante nuestros ojos, con unidad de tiempo y de acción, como la tragedia griega”).
[Agregaría que esto se mantiene, aunque con una exploración, una búsqueda de explicación en el pasado y el porvernir utópico/distópico de dónde estamos y hacia dónde vamos como humanidad].
Cada encarnación responder a su época [agregaría a las metamorfosis de la historia interior de la ficción], y cada una provee de una significación propia. Por eso, volviendo al significado, éste puede reducirse a “indicar un punto crucial, un problema, una alarma”.
Pero, a la vez, es un significado para nosotros, para cada uno y cada una de nosotros: “el término ‘literario’ dice demasiado poco; donde sucede algo es en la relación entre lector y libro; uno se lanza a leer con el ansia de interrogación propia de las lecturas juveniles en que buscábamos una reflexión general sobre la vida, capaz de poner lo particular en relación directa con lo universal, de contener el futuro en la representación del pasado”.