Píldoras de la crítica. Devoción y apreciación: Proust y Harold Bloom

Píldoras de la crítica. Devoción y apreciación: Proust y Harold Bloom

(Apenas un breve extracto para pensar, sin hacer crítica de la crítica, ni hacerse parte de entreveros, ni tener que recorrer estos caminos)

Si Proust nos recomienda leer “con devota sencillez”, Harold Bloom, nos recomienda que leamos apreciando:

«La apreciación es una mejor manera de comprender los logros que las explicaciones analíticas que pretenden dar cuenta de los individuos excepcionales. La apreciación puede enjuiciar, pero siempre con agradecimiento, y usualmente con reverencia y admiración.

Cuando digo apreciación no me refiero solamente a una ‘valoración correcta’. La necesidad también interviene, en el sentido específico de recurrir al genio de otros para suplir una carencia en uno mismo, o de buscar en el genio un estímulo para los propios poderes, como quiera que estos resulten ser. La apreciación puede modular hacia el amor, incluso en la medida en que la propia conciencia de un genio muerto aumente la conciencia misma. El anhelo más profundo de nuestro yo solitario es la supervivencia, ya sea en el aquí y el ahora o en el más allá. Crecer gracias al genio de otros supone ampliar las posibilidades de supervivencia, al menos en el presente y en el futuro inmediato».

La apreciación es amistosa, es agradecida, y recurre a los otros para engrandecerse a sí mismo; la devoción tiene el candor ingenuo, amable, sencillo de la admiración que se abre a los otros.

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