Píldoras de la crítica. La denuncia de san Juan y Dante. Víctor Hugo

Píldoras de la crítica. La denuncia de san Juan y Dante. Víctor Hugo

(Apenas un breve extracto para pensar, sin hacer crítica de la crítica, ni hacerse parte de entreveros, ni tener que recorrer estos caminos)

“El demonio es el tigre de lo invisible. La bestia montés de las almas ha sido denunciada al género humano por dos inspirados, uno llamado Juan y otro llamado Dante”.

Para prueba de las visiones de estos dos inspirados, algo muy próximo y distante a la vez:

“Los pulpos tienen tanto de fantasmas como de monstruos. Están probados y son improbables. Ser es su hecho, no ser sería su derecho. Son los anfibios de la muerte. Su inverosimilitud complica su existencia. Tocan la frontera humana y pueblan el límite quimérico. Negáis el vampiro y encontráis el pulpo. Su hormigueo es una certidumbre que desconcierta nuestra seguridad. El optimismo, que es no obstante, lo verdadero, se desconcierta delante de ellos. Se encuentran en la extremidad visible de los círculos negros, señalan la transición de nuestra realidad á otra. Parecen que pertenecen a aquel principio de seres terribles que el soñador entrevé confusamente por la carrera de la noche. Tales prolongaciones de monstruos, primero dentro de lo invisible, y luego dentro de lo posible, han sido sospechadas, vistas tal vez, por el éxtasis severo y la mirada fija de Ios magos y de los filósofos. De ahí entre los profanos la conjetura de un infierno”.

Porque, sobre “seres imaginarios”, “bestiarios”, monstruos,

“Momentos hay en que nos sentimos inclinados a pensar que lo más vago de nuestros sueños halla en lo posible imanes que atraen sus lineamentos, y de esas obscuras fijaciones del sueño salen verdaderos seres. El desconocido dispone del prodigio, y se sirve de. él para formar el monstruo. Orfeo, Homero y Hesíodo, sólo han podido crear la Quimera; Dios ha hecho el pulpo. Cuando Dios quiere, sobresale en lo execrable.

El por qué de esa voluntad es el estupor del pensador religioso. Estando admitidos todos los ideales, si el terror es un objeto, el pulpo es una obra maestra”.

Y es que [¡qué profundidad, iluminante!],

“El posible es una matriz formidable. El misterio se concreta en monstruos. Pedazos de sombra salen de una roca, la inmanencia, se rasgan, se destacan, ruedan, flotan, se condensan, toman prestado de la negrura y enormidad del ambiente, experimentan polarizaciones desconocidas, adquieren vida, compónense no sé qué forma con la obscuridad y no sé qué alma con el miasma, y se van, siendo aún larvas, por en medio de la vitalidad. Son algo como las tinieblas convertidas en bestias. ¿Por qué? ¿Da qué sirve eso? Vuelta a la cuestión eterna”.

Deja un comentario