Píldoras de la crítica. Orígenes de la literatura argentina la ficción como pesadilla de la historia. Ricardo Piglia

Píldoras de la crítica. Orígenes de la literatura argentina la ficción como pesadilla de la historia. Ricardo Piglia

(Apenas un breve extracto para pensar, sin hacer crítica de la crítica, ni hacerse parte de entreveros, ni tener que recorrer estos caminos)

“Una historia de la violencia argentina a través de la ficción … Esa historia debe leerse a contraluz de la historia ‘verdadera’ y como su pesadilla.

Se podría decir que la historia de la narrativa argentina empieza dos veces: en El matadero y en la primera página del Facundo. Doble origen, digamos, doble comienzo para una misma historia. De hecho los dos textos narran lo mismo y nuestra literatura se abre con una escena básica, una escena de violencia contada dos veces. La anécdota con la que Sarmiento empieza el Facundo y el relato de Echeverría son dos versiones (una triunfal, otra paranoica) de una confrontación que ha sido narrada de distinto modo a lo largo de nuestra literatura por lo menos hasta Borges. Porque en ese enfrentamiento se anudan significaciones diferentes que se centran, por supuesto, en la fórmula central acuñada por Sarmiento de la lucha entre la civilización y la barbarie”.

En la primera página del Facundo, escribe Sarmiento: On ne tue point les idées. Quienes le persiguen, deben mandar traducir: “Bárbaros, las ideas no se matan”. “Anécdota a la vez cómica y patética, un hombre que se exilia y huye, escribe en francés una consigna política. Se podría decir que abandona su lengua materna del mismo modo que abandona su patria. Ese hombre con el cuerpo marcado por la violencia deja también su marca: escribe para no ser entendido. La oposición entre civilización y barbarie se cristaliza entre quienes pueden y quienes no pueden leer esa frase escrita en otor idioma: el contenido político de la frase está en el uso del idioma francés. El relato de Sarmiento es la historia de una confrontación y de un triunfo: los bárbaros son incapaces de descifrar esas palabras y se ven obligados a llamar a un traductor”.

“La historia que cuenta El matadero es como la contracara atroz del mismo tema. O si ustedes quieren: El Matadero narra la misma confrontación pero de un modo paranoico y alucinante. En lugar de huir y de exiliarse, el unitario se acerca a los suburbios, se interna en territorio enemigo”. El lenguaje de El matadero es la lengua baja, popular, que “parece una lengua extranjera y estamos siempre tentados de traducirla … El registro de la lengua popular, que está manejado por el narrador como una prueba más de la bajeza y la animalidad de los ‘bárbaros’, es un acontecimiento histórico y es lo que se ha mantenido vivo en El matadero”.

Una diferencia importante: El Facundo es un relato verdadero, El matadero una ficción. “La ficción como tal nace en la Argentina, habría que decir, en el intento de representar el mundo del enemigo, del distinto, del otro”, y de modos distintos: “La clase se cuenta a sí misma bajo la forma de la autobiografía y cuenta al otro con la ficción”. Sarmiento también hace ficción, “pero la encubre y disfraza en el discurso verdadero de la autobiografía o del relato histórico. Por eso su libro puede ser leído como una novela donde lo novelesco está disimulado, escondido, presente pero enmascarado”.

“El Facundo empieza donde termina El matadero. Entre la cita en francés de Diderot de Sarmiento y la representación del lenguaje popular en El matadero, en la mezcla de lo que allí aparece escindido, en la relación y el antagonismo se define una larga tradición de la literatura argentina. Pero a la vez la importancia de esos dos relatos reside en que entre los dos plantean una opción fundamental frente a la violencia política y el poder: el exilio (con que se abre el Facundo) o la muerte (con que se cierra El matadero). Esa opción fundante volvió a repetirse muchas veces en nuestra historia y se repitió en nuestros días. Y en ese sentido podría decirse que la literatura tiene siempre una marca utópica, cifra el porvenir y actualiza constantemente los puntos clave de la política y de la cultura argentina”.

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