
A partir de
Un lugar soleado para gente sombría, de Mariana Enríquez
YouTube
Cuando le propuso a su jefe escribir sobre el caso de Elisa, se lo rechazó: no lo conocía. Se lo contó, y lo convenció. Le mostró el video de YouTube, ahora sí.
[Es esta época, qué le vamos a hacer].
Le impactó eso de las aguas contaminadas que tomaron los vecinos por el cuerpo en descomposición en el tanque de agua del hotel Cecil de los Ángeles donde se alojaba el asesino serial Richard Ramírez de Elisa, ¿cómo había ido a dar allí, si el video de seguridad mostraba que había subido sola y no podría levantar la pesada tapa?
Lo sobrenatural
La inmediata respuesta del público fue la explicación imposible. “Una de mis mejores amigas, que vive en Los Ángeles, es una obsesa de lo paranormal en la ciudad, y me contó que hoy día la gente se reúne alrededor del tanque donde Elisa murió, esperando una señal. Mi amiga no sabe bien qué, pero cree que quieren escucharla, piensan que su espíritu está atrapado en el agua y puede decirles qué le pasó de verdad. Sus fans no creen que fuera un suicidio. Muchos creen que la arrojó el espíritu de Richard Ramírez”.
[Es esta época, qué le vamos a hacer].
Pegan sus oídos al estanque; repiten un mantra; creen comunicarse con Elisa, cómo estás, le preguntaba, sola, sola, sola, escuchaban.
El aceptado horror circundante
Isa, Jenny, Dizz, el puma, Los Ángeles, Nueva York; las calles y sus adictos, y sus sin techo, los desesperados, la decadencia de los hoteles; el maternal cuidado de su novio Dizz, aunque no le gustaba que se lo dijeran; las leyendas truculentas; el dolor de esos recuerdos, ahora, años después.
Que se diluye, que nos acompaña, que aceptamos, atraídos por el video de YouTube mil veces visto, por la explicación imposible.
[Es esta época, qué le vamos a hacer].