Píldoras de la crítica. León Uris, éxito comercial, calidad literaria y función social de la literatura. Ira B. Nadel

Píldoras de la crítica. León Uris, éxito comercial, calidad literaria y función social de la literatura. Ira B. Nadel

(Apenas un breve extracto para pensar, sin hacer crítica de la crítica, ni hacerse parte de entreveros, ni tener que recorrer estos caminos)

León Uris fue de los primeros escritores superventas, todo un fenómeno comercial; de los primeros en ser una celebridad literaria; de los primeros en unir literatura y cine, con fines de promoción y de incrementar las ventas; de presentarse en la televisión y de firmar ejemplares.

Tal vez por todo esto, la crítica académica y pública solía ser negativa. “No lo creen -los críticos- un gran escritor, aunque reconocen su poder como contador de historias cuyo tema es la historia”. Le criticaban, mayormente, que no lograba construir personajes, nunca tenían tiempo para la introspección; la historia que narraba -a la que, además, le buscaban sus fallos en datos y sucesos- se sobreponía a la ficción y sus personajes; que sus obras eran instructivas y entretenidas; que utilizaba una “fórmula del éxito”: novelas de género que nunca decepcionan, que escriben -siguiendo a Burroughs- sobre lo que el lector ya sabe y quiere confirmar o profundizar; que usa figuras probadas, lugares exóticos, donde el bien triunfa sobre el mal. Y varias observaciones más.

Pero su éxito mostraba el ascenso de la ficción de masas americana, del mercado editorial de masas y con esto del artista como celebridad interesando al público el estilo de vida del artista. También, el choque entre la cultura popular y la crítica.

Pero: era un creador de mitos.

Y aquello que criticaban era una decisión, que chocaba contra los supuestos no dichos de la crítica establecida: “Su idea del autor es la de la función social de la literatura”. “Rechaza a los que persiguen manías personales o se dedican a psicoanalizarse a sí mismos”.

Era su idea la de “escribir como un combate”.

Y aunque su combate -a la salida del Holocausto nazi- fue contra esto y por el oprimido pueblo judío -y después irlandés- lo ubicaba entre los escritores judíos más reconocidos -en Estados Unidos, Philip Roth, Saul Bellow, Malamud, entre otros- se negaba a inscribirse en esta estela. Se ubicaba en “la larga tradición de los escritores morales”: Dreiser, Dos Passos, Steinbeck. Su propósito siempre fue moral: héroes -judíos, y después irlandeses- que desafían la injusticia.

Aunque centrándose en los traumas del siglo XX: el Holocausto nazi, la creación del Estado de Israel, la Guerra Fría, entre otros, elige ubicarse en esa larga tradición, discontinua, valerosa. Necesaria.

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