“Es una obra maestra de la psicología … Tarda un ratito en acordarse de que es Felipe, y la primera reacción es salir corriendo, y acá ya se empieza a acordar que Felipe es Felipe y empieza a bajar la velocidad, se da vuelta mirándola … El espacio que tiene para dibujarle la cara a Felipe es muy chiquitito, los ojos están acá, es un milímetro al lado de cada… Y vamos viendo toda la experiencia, primero de felicidad, de entusiasmo, la esperanza del amor y después cuando vas reconociendo que sos vos mismo … Se tapa la boca … Llega, miren lo cerca que llega este pobre hombre. Está a un metro y medio de la mujer que está absolutamente enamorado y no puede hacer nada y acá está completamente rojo … Y acá es cuando me empieza a romper el corazón porque camina dos metros, frena y mira para atrás, diciendo ‘¡ay! No, nada’, Y lo intenta de nuevo …” Y se sienta, al final, deprimido.

“Es una tira perfecta … Es una belleza esta tira, porque además redefinió la narración de la historieta, reinventó cómo se cuenta una historieta. Generalmente las historietas se cuentan eh… un cuadrito, después el cuadrito de la derecha, después el cuadrito de la derecha… En esta vas desde la derecha y volvés a la izquierda. Empezás a leer de manera occidental y después volvés como si estuvieses leyendo en japonés, vas para el otro lado de repente. Hay gente que hizo eso en pintura, se llama Picasso. Hay gente en la escritura, se llama Joyce. Gente que redefine, ‘ah, esto es lo que hace una pintura. Cambiamos la manera de leerla’ … Esto es una belleza”.

(Liniers. Documental “Releyendo Mafalda”)