A partir de

Historia de Gilgamesh

Del Libro de sueños de Borges elijo ‘Historia de Gilgamesh’ “cuento babilónico del segundo milenio antes de Cristo”. Era Gilgamesh “dos tercios de dios, un tercio de hombre”. Brutal, el pueblo rogó protección. Los dioses moldearon a Enkidu atendiendo sus ruegos. Tal vez el mayor poder del poderoso Gilgamesh fue haberse ganado el favor del moldeado para vencerlo, y así venció.

Le tocó a Enkidu morir y Gilgamesh “cubrió el rostro de su amigo con un velo nupcial y en el extremo del dolor, pensó: Ahora, ya he visto el rostro de la muerte”. Fue cuando decidió conocer a Utnapishtim, “el único mortal que había logrado escapar a la muerte” para “aprender de él el secreto de la vida eterna”.

Le advierten: “nadie ha llegado hasta él ni logrado conocer el secreto de la vida eterna”. Desafiante responde: “Yo lo haré”.

Y lo hizo. Ahora le tocó vencer todas las dificultades. Utnapishtim le relató lo que sabía. Y Gilgamesh comprendió que el anciano no tenía fórmula alguna que dale. Era inmortal pero solo por favor único de los dioses”, advirtiendo que el destino de él, muchas veces vencedor, “no difería del destino del resto de la humanidad”.

Aún poderosos, invencibles y desafiantes, necesitamos contar con el “favor único de los dioses”.