
“Giacometti había sido el primero de los surrealistas en abrazar la abstracción y también en abandonarla. Su retorno a lo figurativo había sido fulgurante, a través de la escultura más que de la pintura, con esas espectrales figuras esqueléticas caminando solitarias o esperando en grupo pero igual de solitarias, que se convertirían en su marca de fábrica y en la imagen por antonomasia de lo que había terminado siendo el hombre para el hombre en la posguerra. No es casual que las figuras de Giacometti fascinaran por igual a Sartre, Beckett y a Jean Genet. No es casual que cualquiera que camine contra el viento o espere en una esquina solitaria hasta el día de hoy se sienta irremediablemente una figura de Giacometti, un abandonado por su época.
Después de contestar con esas esculturas la famosa pregunta de Theodor W. Adorno (‘¿Puede haber poesía después de Auschwitz?’), Giacometti hizo otro viraje igual de fulgurante en su obra: la restringió al retrato”.
Me encantan las esculturas de Giacometti. Buenas noches.
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