A partir de
El despertar, de Issac Babel
De los cuentos recopilados bajo el nombre de El despertar (y en otras ediciones como Relatos), elijo Di Grasso. Probablemente la unidad de estos cuentos esté en la trayectoria que va de la miseria judía en la niñez en Odesa, Rusia, pasando por la terrible lucha por el poder, y la posterior toma del poder que, aún incluyendo el período de persecuciones anti-judías, concluye con la afirmación sobre “esta vida mía formidable, llena de sentido y de alegría”.
Tras la crisis de la Opera en Odesa, se cierran los teatros y suspenden las funciones. Llevan entonces al desconocido Di Grasso. Pero es por eso mismo que las ventas de entradas caen más aún.
Hasta que la prensa reconoce su gran talento. Y las funciones vuelven a repletarse.
Es que era un desconocido, al igual que las funciones que presentaban. Pero había un excedente: “en el frenesí de una noble pasión, hay más justicia y más fe, que en las sombrías reglas del mundo”.
Y sus espectadores podían concluir que “por primera vez veía lo que me rodeaba e su justa realidad: sosegado y de belleza indecible”.
¿No vale entonces desafiar “las sombrías reglas del mundo” con noble pasión? Para esa vida bella y sosegada.