A partir de
El régimen de terror de Fujimori, con su mano derecha «el Doctor» era el del toque de queda y la represión ante los bombazos de Sendero Luminoso y los secuestros del MRTA, pero nada quedaba fuera. El Doctor usaba al periodismo amarillo con Rolando Garro y su Destapes, que por las suyas dio a conocer las escandalosas fotos del gran empresario minero Enrique Cárdenas, por lo que decretó su muerte inculpando al pobre artista Juan Peineta que aterrado se preguntaba, «a una persona cuya vida se había reducido a vivir en un miserable cuchitril, que recibía una pensión ridícula, que tenía que ir al comedero de las Descalzas para no velverse tuberculoso, ¿le podía ir todavía peor?». Es que se metieron con algo más grande que ellos mismos: el poder, y «las cosas son siempre, al final, de vida o muerte cuando está en juego el poder», no en abstracto, el de este ex militar, ex abogado de narcotraficantes, ex agente de la CIA, y en ese momento tenebroso jefe de los Servicios de Inteligencia del régimen.