A partir de
Tito Andrónico de Shakespeare
“Voy a hablar de muertes, violaciones y asesinatos, de actos cometidos en las sombras de las noches, de abominables delitos, de negras maquinaciones, de traición y de maldad, de depravaciones horribles de oír y que, sin embargo, se han ejecutado como para mover a piedad”, anunció Aaron el amante negro de la reina goda Tamora, vencida por el ejército romano comandado por Tito Andrónico, llevada a Romacomo prisionera, y convertida en emperatriz romana, señora del emperador Saturnino.
Aquellos horrores fueron la trama de su venganza, al proponerse “que la raza entera de los Andrónico quede destruida”.
No fue sino la división de Roma en facciones, entre Saturnino y su hermano Bassiano por la sucesión al trono tras la muerte de su padre, lo que permitió el ascenso de su antigua enemiga goda, conspirando para que Roma “sea el azote de ella misma”, y hacer que Tito, su espada más gloriosa, se pregunte “¿acaso mi desventura no es un abismo, pues carece de fondo?”.