A partir de
Montoneros o la ballena blanca, de Federico Lorenz
Mientras caían muertos como locos y la Conducción seguía ordenando campañas de agitación o la Contraofensiva, un grupo de disidentes montoneros de la Columna Norte decide dispersarse, perseguidos por el oficial de Ejército encubierto Romualdes.
Ismael y Cuca ponen una fiambrería y tienen a su hija, Macarena.
Un día reaparece su jefe, el General. Simplemente le deja un libro, “El duelo” de Conrad. La historia de dos oficiales que un día se baten a duelo y seguirán haciéndolo cada vez que se encuentren, porque no había un motivo, eran dos naturalezas las que se enfrentaban, y añoraban a Bonaparte, “añoraban lo que fueron”. Y, “¿qué es usted Ismael, qué soy yo? … ¿qué es lo que no podemos dejar de ser?”. Poco después reagruparía su vieja unidad de combatientes.
La misión era una acción de propaganda: cruzar Los Andes y lanzar desde allí una proclama. Falló. Enfilaron para el sur, decidiendo mantener la operación, cambiando el escenario: hacerlo desde las islas Malvinas a las que cruzaron en un velero. Al llegar, había comenzado la guerra. La operación volvió a fallar. Aunque el duelo se produjo, en forma inesperada, entre el General y Romualdes.
“La situación en la que estábamos era tan ridícula”.
Lo era, aunque todo pareciera posible, y nada la fuera.