A partir de

Los paseos de circunvalación, de Patrick Modiano

“Los paseos de circunvalación. Allí donde la ciudad arroja sus desperdicios y aluviones”, por donde iba él con su padre, con su proyecto de poner en funcionamiento de nuevo los trenes y así enriquecerse.

Donde el padre intentó arrojarlo a las vías del tren, después de re-aparecer tras 17 años y utilizarlo de recadero para sus negocios de ventas falsificadas a unos coleccionistas locos que pagaban fortunas por cualquier objeto.

“No, no hay nada excepcional en este caso. Que un padre intente matar a su hijo o librarse de él me parece por completo sintomático del trastorno en los valores que estamos viviendo. Antaño, sucedía el fenómeno inverso: los hijos mataban a sus padres para demostrarse que eran fuertes. Pero ahora, ¿a quién atacar? Como huérfanos que somos, estamos condenados a perseguir un fantasma”.

Porque había sido un padre ausente. Porque su camarilla, que además lo despreciaba, era de desclasados, marginales, ladrones, estafadores, noctámbulos, todos peligrosos. Lo despreciaban y se desharían de él.

Por eso, después del “doloroso episodio del metro George V”, pasados diez años, volvió a buscarlo.

Es que, “uno siempre siente curiosidad por sus orígenes”.

Y puede también, con todo dado vuelta, decidir asumir “este papel de ángel de la guarda”.

A veces, todo se invierte, no siempre es para mal, aunque esté contaminado de males. Sus orígenes. Buscarlo, buscarse. Entenderlo, entenderse. Desprotegido, protegerlo. ¿Y es tal vez así que, “joven”, puede “pensar en el futuro”?