Diálogos: El arte de la novela, de Milan Kundera
(No es novela ni cuento, a quienes aquí acogemos. Pero escrita por un novelista, no es solo crítica o análisis. Es un diálogo entre escritores. Y creación de un espacio literario. Por eso también lo acogemos).
“Con Cervantes se ha creado un gran arte europeo que no es otra cosa que la exploración de este ser olvidado”, el ser humano. “La novela ha descubierto por sus propios medios, por su propia lógica, los diferentes aspectos de la existencia: con los contemporáneos de Cervantes se pregunta qué es la aventura; con Samuel Richardson comienza a examinar ‘lo que sucede en el interior’, a mostrar la vida secreta de los sentimientos; con Balzac descubre el arraigo del hombre en la Historia; con Flaubert explora la terra hasta entonces incognita de lo cotidiano; con Tolstoi se acerca a la intervención de lo irracional en las decisiones y el comportamiento humanos. La novela sondea el tiempo: el inalcanzable momento pasado con Marcel Proust; el inalcanzable momento presente con James Joyce. Se interroga con Thomas Mann sobre el papel de los mitos que, llegados del fondo de los tiempos, teledirigen nuestros pasos”. Así, es “una sucesión de descubrimientos” poniendo al descubierto “una nueva parcela de la existencia”, en su “conquista del ser”. “El espíritu de la novela es el espíritu de la complejidad. Cada novela dice al lector: ‘Las cosas son más complicadas de lo que tú crees’.”
Y su modo de conocer el ser del hombre, es “comprender con Cervantes el mundo como ambigüedad, tener que afrontar no una única verdad absoluta sino un montón de verdades relativas que se contradicen (verdades incorporadas a los egos imaginarios llamados personajes), poseer como única certeza la sabiduría de lo incierto”.
Es hacerse una pregunta e intentar responderla. “Todas las novelas de todos los tiempos se orientan hacia el enigma del yo. En cuanto se crea un ser imaginario, un personaje, se enfrenta automáticamente a la pregunta siguiente: ¿qué es el yo? ¿Mediante qué puede aprehenderse el yo?”. Porque “la existencia es el campo de las posibilidades humanas, todo lo que el hombre puede llegar a ser, todo aquello de que es capaz. Los novelistas perfilan el mapa de la existencia descubriendo tal o cual posibilidad humana”.
Con la técnica de la elipsis, el contrapunto, el despojamiento, la integración de géneros, la unidad temática, no afirma, sino que interroga, formula hipótesis, juega.
Entonces, leer novelas, ¿es algo más que dejar modelarnos, en lo ambiguo, lo incierto, la búsqueda de uno mismo –nuestros límites y posibilidades, permitiendo que destruyan toda rigidización de la vida cotidiana que nos endurece haciéndonos así más frágiles?