A partir de
Pasiones, de Rosa Montero
De las historias, reales, pero escritas no como “trabajos fríos y académicos”, sino que aquí “intento vivirme en el interior de los biografiados y entenderlos, de la misma manera que el novelista se vive dentro de sus criaturas de ficción” elijo la de Robert Louis Stevenson y Fanny Vandegrift.
Porque con inestabilidades emocionales, crisis psicológicas graves, pobreza y enfermedades que les ponían al borde la muerte constantemente, “Fanny estaba llena de una alegría feroz. En eso también se parecía a Stevenson: pese a todas sus dolencias y a su fragilidad el escritor poseía una increíble capacidad de ser feliz”.
¿Cómo es posible? ¿Se trata de una proeza? ¿Una cualidad? ¿Una decisión de la voluntad? Tal vez, de lo que de Fanny escribió Stevenson para grabar en su tumba: “alma libre, corazón enamorado de absoluto”; algo que puede ser resorte de felicidades o fuente de abismos en los que sucumbir”.