A partir de
¡Hamlet, venganza!, de Michael Innes
“¿Hamlet? ¡Un asunto de espionaje mezclado con un asunto literario!, y engendrado sabe Dios con qué ingenio”.
Dos asuntos mezclados que concluyeron en un crimen. En la aristocrática Scamnun, durante la representación de Hamlet, reunidos los invitados con su refinadísima alta cultura, fue asesinado el lord canciller de Inglaterra, Auldearn, que se prestó a actuar como Polonio, y tenía en su poder un delicado documento político que, de conocerse, podría poner en juego las relaciones internacionales.
Es que (¿Shakespeare, Hamlet, el asesino de Scamnun?) “la mente capaz de urdir una impresión tan violenta era un a mente que pensaba en términos de violencia”. Y “la literatura ha irrumpido en la vida real”, porque se trataba de “la representación de la violencia… Y un acto de violencia dentro de la representación”.
El policía de Scotland Yard John Appleby y el novelista de policiales, a cargo de montar la obra del Bardo de Avon, Gott, deberían resolver el misterio.
Motivo y oportunidad, ¿sería la violencia propia de la obra irrumpiendo en la vida; sería la vida con su violencia irrumpiendo en la obra?
(Punto de Lectura. De la traducción: María Antonia Oyuela)