
A partir de
Nadar de noche, de Juan Forn
De libro de cuentos “Nadar de noche” de Juan Forn, elegí “Mañana preocupate de mañana”. Ella va en avión desolada, llorando.
A su lado, una monja alemana, bella y joven.
“¿Hice mal?”, se preguntaba ella entre llantos incontenibles. Mira a su lado a la monja. Intenta explicarle su dolor. No puede, el llanto no la deja, tampoco la confusión que la invade. Pero pide ayuda, de una extraña.
La ayuda vendrá: “Mañana preocupate de mañana”. Y casi inmediatamente, se sintió aliviada.
Puede no ser lo que esperabas escuchar, dejar tantas cosas irresueltas.
¿O sí? Tal vez sí, hay dolores inmediatos que nos agobian, y solo hay que dejarlos pasar, sacudírselos de encima.
En todo caso, saber que, a veces, de lugares, momentos, personas inesperadas, circunstanciales, podrá llegar aquello que necesitamos escuchar. ¿Estamos con los ojos bien abiertos, los oídos bien dispuestos? Solemos no saber lo que necesitamos escuchar.
(19-junio-2013)
Que agradable, como seda, suave y palpable
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