ARTE Y LITERATURA. El templo de Poseidón. Borges

Sospecho que no hubo un Dios del Mar, como tampoco un Dios del Sol; ambos conceptos son ajenos a mentes primitivas. Hubo el mar y hubo Poseidón, que era también el mar. Mucho después vendrían las teogonías y Homero, que según Samuel Butler urdió con fábulas ulteriores los interludios cómicos de la Ilíada. El tiempo y sus guerras se han llevado la apariencia del Dios, pero queda el mar, su otra efigie.

Mi hermana suele decir que los niños son anteriores al cristianismo. A pesar de las cúpulas y de los íconos, también lo son los griegos. Su religión, por lo demás, fue menos una disciplina que un conjunto de sueños, cuyas divinidades pueden menos que el Ker. El templo data del siglo quinto antes de nuestra era, es decir, de aquella fecha en que los filósofos ponían todo en duda.

No hay una sola cosa en el mundo que no sea misteriosa, pero ese misterio es más evidente en determinadas cosas que en otras. En el mar, en el color amarillo, en los ojos de los ancianos y en la música.

Un comentario en “ARTE Y LITERATURA. El templo de Poseidón. Borges

  1. Que lindo recorrido para conectar con las preguntas que nos hacemos de niños, cuando todo es sorprendente y misterioso, antes de ese necio periodo en el que creemos poder adentrarnos en la esencia de las cosas y que a veces ,con soberbia nos instalamos en posiciones certeras

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