
“Doni en sus Marmi, insertó un curioso ‘Diálogo entre el florentino y el peregrino’. Mientras el florentino y el peregrino están contemplando y admirando las estatuas de Miguel Ángel, Doni hace hablar a la Aurora de mármol, que cuenta lo siguiente”:
‘No hace muchos años, nobilísimos señores, que, viniendo a verme otro ingenioso espíritu en compañía de Miguel Ángel, luego que lo hubo mirado y remirado todo, fijó la vista en mi hermana la Noche, que ahí veis, y tanta fuerza dio a sus espíritus de quietud, que se quedó inmóvil, de lo que, al darse cuenta Miguel Ángel, no le despertó de tan fijo mirar, pues no tenía autoridad sobre la figura que había hecho Dios, sino sobre la suya, y, acercándose a ella, la despertó y le hizo levantar la cabeza. Con lo que el que se había transmutado en aquella quietud, oyendo y viendo moverse a aquella, se movió también él, y así, por virtud del divino hombre, volvió a su ser’.
“el primer inventor de la leyenda de que las estatuas de las tumbas eran capaces de despertarse y hablar fue probablemente Doni”
(Anton Francesco Doni
Florencia, 16 de mayo de 1515 – Monselice, septiembre de 1574. Escritor, traductor y editor. De 1550 a 1553 publicó algunos de sus libros más importantes: la Libraria (1ª parte 1550; 2ª parte 1551), uno de los primeros intentos de catálogo bibliográfico de la literatura italiana; la Zucca (1551), obra donde se mezclan chistes, cuentos y refranes y pronto traducida al español; los Pistolotti amorosi (1552), que incluyen textos amorosos y de parodia petrarquista; los Marmi (1552), libro de carácter misceláneo; los Mondi (1552) y los Inferni (1553)).
En: Miguel Angel, de Giovani Papinni