
“¿Qué sucede en esta pintura? ¿Por qué nos conmueve tanto una imagen aparentemente anodina?
La expresión del joven -bastante típica para un hombre de veinticinco años- es solitaria, atenta, indagadora. Es una expresión en la que se combinan la pérdida y la espera. Sin embargo, todo esto es sólo al nivel de la literatura.
¿Qué sucede desde el punto de vista plástico? La cabeza y el torso parecen acosar a lo visible, buscan una forma perceptible, pero no la han encontrado plenamente. Están a punto de encontrarla, de posarse en ella, como un pájaro sobre un tejado. La imagen es conmovedora porque representa una presencia que lucha por llegar a ser vista.
Metafóricamente hablando es una experiencia bastante común. Lo extraordinario es que aquí Picasso encuentra (o tropieza con ellos, pero en cierto modo, los reconoce) los medios plásticos necesarios para expresar este hacerse visible provisional, pero también casi desesperadamente urgente”.