ARTE Y LITERATURA. La familia de Carlos IV, Goya. Josefa, Agustín, Miguel. Lion Feuchtwanger

Cuando Goya le mostró el esbozo de ‘La familia de Carlos IV’ a Josefa su mujer, ella “no supo si sería bueno o malo. Ciertamente la tela irradiaría el maravilloso resplandor de que él hablaba, las caras resultarían también. Pero los esbozos la alejaban, la idea del cuadro le causaba escalofríos. Temía que en eso hubiera un espíritu malo, un resabio de herejía, de peligro, de rebelión. Ciertamente los reyes no eran hermosos, pero en los retratos de Mengs, de Maella, de su hermano y aún en los precedentes de su esposo, no eran tan horribles a pesar del parecido … Bien, ¿qué te parece?, preguntó Goya. Ella contestó preguntando: ‘¿NO son el rey y la reina y sobre todo la tía infanta?…’, buscó la palabra y él tuvo que ayudarle: ‘¿Demasiado parecidos??’. Ella asintió. Miraba, atraída, rechazada a la vez, y dijo al fin: ‘A pesar de todo, seguramente será una obra maestra. Pero es tan sorprendente’”.

Por su parte, su discípulo, ayudante, amigo, Agustín Esteve, al verlo, “comprobó con profunda alegría otra cosa: ‘La familia de don Carlos’ se convertía en un cuadro político … del brillo de uniformes, condecoraciones y joyas, de todo el centelleo de estos atributos de la realeza grata al Señor, la mísera humanidad del jefe saltaba a la vista de cualquiera con un realismo desnudo y brutal”.

Miguel Bermúdez, secretario del poderoso jefe de Gobierno don Manuel Godoy, se alarmó: “‘¿No puedes por lo menos hacer un poco más simpáticos a los soberanos? En realidad, eres el único de todos nosotros que los ve con más tolerancia’. ‘No los veo ni con tolerancia ni con dureza, los veo como son. Ellos son así, y así se quedan. Para siempre’.”

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s