ARTE Y LITERATURA. El grito, Edvard Munch. Resch, Deckard, Luft, Philip K. Dick

“Phil Resch se detuvo ante un cuadro al óleo; mostraba a una criatura pelada y oprimida, con una cabeza semejante a una pera invertida, que apretaba sus manos horrorizada contra sus oídos, con la boca abierta en un vasto grito mudo. Las olas encrespadas de su dolor, los ecos del grito, ocupaban el espacio que la rodeaba. El hombre, o la mujer, estaba encerrado dentro de su propio aullido. Se cubría los oídos para protegerse de su propia voz. La criatura estaba de pie en un puente, y no había nadie más. Gritaba a solas. Aislada por el grito a pesar de él.

-También hay un grabado con este tema -observó Rick, leyendo la tarjeta colocada debajo de la pintura.

-Se me ocurre que así deben sentirse los androides -dijo Phil Pesch, y trazó en el aire los ecos, visibles en la pintura, del grito de la criatura-. Yo no me siento así, por lo tanto quizá no sea un…”

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