[Con Carmen Erazo L’Huillier, como con Flavia Frigeri, aquí, recurrimos a algunas especialistas, como excepción a las ideas y descripciones que inspiran las obras de arte a escritores y escritoras que traemos, por lo que ella misma nos dice también: se necesita “un pequeño homenaje a estas grandes mujeres. Algunas de ellas alcanzaron el éxito durante su vida, siendo contratadas por las cortes, logrando un lugar en la escena artística, para luego ser invisibilizadas en la Historia del Arte … Conocer solamente las obras de hombres artistas, sus logros y sus biografías sólo consigue ofrecernos como total algo que es parcial en la Historia del Arte y de la humanidad … La experiencia de las artistas a lo largo del tiempo ha sido una lucha constante contra el gran monstruo inamovible de la sociedad que les ha tocado vivir, lo establecido, las normas morales, la opinión que se ha tenido de su género, la falta de recursos propios y la función que se esperaba de ellas en la familia”].

“Trabajaba principalmente retratos, pero también recibía encargos de pinturas religiosas y mitológicas, los que eran temas considerados mayores, a los cuales las mujeres no accedían por no tener formación en anatomía.

Realizó cuadros en gran escala, donde aparecían desnudos femeninos y masculinos, lo que era impensable para una mujer”.

Hizo otras cosas impensables. En esta pintura religiosa, Asunción de Ponte Santo, “lo notable es que los ángeles que coronan a la virgen son mujeres”.

[Modos de elusión, agrego, de los mandatos, de resistencia, de afirmación de la propia personalidad, de sus derechos: ¿cómo decirnos que entre los ángeles, todos hombres, puede haber también mujeres?: ficcionalizando, con sus pinturas].