
Píldoras de la crítica. Las escritoras cercadas. Mercedes Araujo / Alicia Salomone
(Apenas un breve extracto para pensar, sin hacer crítica de la crítica, ni hacerse parte de entreveros, ni tener que recorrer estos caminos)
En la Historia feminista de la literatura argentina. Mujeres en revolución. Otros comienzos, se investiga el origen de la literatura argentina, se discute su canon, se incorporan las mujeres escritoras de aquellos años, en un arco que va del siglo XVI a inicios del siglo XX.
La figura de la escritora, de la mujer escritora fue parte de esa historia. Pero, existiendo, debió hacerse su lugar, desde distintos medios, de la prensa y el ensayo, a la novela, el cuento y la poesía.
“Podemos imaginar, nos dice Mercedes Araujo, a aquellas escritoras también cercadas, cuando a todo o nada se jugaban su autoría, negociando con lo posible y tomando la voz en una patria macha que las quería madres, educadoras, moralistas, y les exigía rendición de cuentas sobre sus deseos literarios”.
Otra investigadora, Alicia Salomone, refiriéndose al proceso de modernización general de Argentina, al proceso de modernización cultural en particular, y al espacio nuevo de las revistas y los periódicos, a las actividades periodísticas, en específico, identifica, siguiendo a otros autores, “tres poses de escritora”, las “escenificaciones culturales” que aquellas mujeres cercadas practicaron para emerger como autoras en la patria macha. Esas tres poses de escritora, son: “la pose doméstica, que situaba al hogar y la familia como eje del mundo y la subjetividad femenina; la pose romántica, ya en retirada, que enfatizaba la melancolía y el cuerpo doliente de la escritora; y la pose profesional, que perseguía el reconocimiento y la validación de las autoras desde un punto de vista intelectual”.
Escenificaciones posibles entre algunas otras, que tenían (¿qué tienen, más allá del actual impulso a publicar autoras?) por fin romper el cerco jugándose a todo o nada su autoría.