
“Tengo antes mis ojos un hermoso desnudo sentado en una silla. Hay en él reminiscencias de las deformaciones arbitrarias de la pintura de París, sobre todo en un lado de la espalda y en el brazo derecho. Pero allí justamente las deformaciones parisienses son arbitrarias y en nada corresponden a la realidad, María Izquierdo vuelve a encontrar la necesidad de la deformación. Un poco del espíritu torturado e inquieto, y yo osaría hasta decir: metafísicamente inquieto de la raza tarasca, ha pasado por encima de esta deformación. No desearía emplear términos grandilocuentes; pero este brazo y esta espalda que fingen moverse, en los que parecen vibrar sus pedazos por constituir un brazo y una espalda de un hombre verdadero, nos llevan de la mano a un problema geométrico esencial. Pensamos irremisiblemente en la arquitectura del hombre. U este es, justamente, el fin de la pintura, del arte considerado dentro de su pureza, llevarnos cada vez a un problema vital y conducirnos forzosamente, es decir, dinámicamente, a este problema.
Esto, o sea, la mano, es lo que hay de muy bonito, precioso en esta tela. Una mano sin deformaciones, de estructura particular, tal que parece hablar como una lengua de fuego. Verde, como la parte oscura de una llama, y que lleva en sí todas las agitaciones de la vida. Una mano para acariciar y para hacer hermosos gestos, y que vive como una cosa clara dentro de la sombra roja de la tela. Porque toda esta tela tiene el tinte de las piedras coloniales de México, un oscuro color de fuego. Toda la pintura de María Izquierdo se desarrolla en este color de lava fría, en esta penumbra de volcán. Y esto es lo que le da su carácter inquietante, único entre todas las pinturas de México; lleva el destello de un mundo en formación, de un mundo que se funde. Sus ruinas no evocan un mundo en ruinas; evocan un mundo que se rehace”.
La primera vez que visité el museo del LOUVRE me mareé, no sé si de cansancio o sufrí el llamado síndrome de Stendhal. Es una cosa que no he olvidado nunca y haya unos cuantos años. Tanta belleza junta…He vuelto al Louvre, Los Pitti/Uffizi etc y ya no me ha vuelto a pasar.
Buenas noches.
Me gustaLe gusta a 1 persona