
Píldoras de la crítica. Miss Shakespeare y Lady Macbeth. Liliana Heker
(Apenas un breve extracto para pensar, sin hacer crítica de la crítica, ni hacerse parte de entreveros, ni tener que recorrer estos caminos)
Escrito por 1997, otros tiempos al respecto, tal vez ya con otra mirada, tal vez no. Aquí va aquella de entonces.
“Virginia Woolf , en ‘Un cuarto propio’, obra deslumbrante y didáctica, inventa la desdichada historia de una conjetural hermana de Shakespeare, Judith, ‘tan maravillosamente dotada como su hermano’, sólo que, mientras el travieso muchacho corre mundo, roba conejos o lee a Virgilio, la pobre Judith ni siquiera va a la escuela; apenas comienza a leer un libro, la sacan de su lectura ordenándole zurcir medias; si garrapatea algunas páginas, escondida en el desván de las manzanas, tiene que cuidarse, luego, de prenderles fuego; a los diecisiete años, naturalmente pretenden casarla contra su voluntad, naturalmente se niega, y naturalmente la azotan; huye con su atadito una noche de verano, y pide un trabajo en el teatro; Nick Greene, el empresario, se le ríe en la cara; al final, le hace un hijo, Judith se mata una noche de invierno y ‘yace bajo la tierra en alguna encrucijada donde ahora se detienen los ómnibus frente al Elefante y la Torre’. La historia reproduce lo que pudo ser la vida de una muchacha inteligente e inquieta en el siglo XV. Sin embargo, debemos admitir que Miss Shakespeare parece demasiado modosa para ser genial. Imaginemos a alguien con el carácter de Lady Macbeth, por ejemplo, dotada con la fuerza creadora de Shakespeare y decidida a dedicarse a la literatura. No sé cómo se las habrá ingeniado, pero tengo la sospecha de que habría llegado hasta nuestros días no sólo su obra -como una rareza, sin duda- sino incluso la leyenda de cómo una mujer consiguió que Nick Greene editase sus libros”.
Las hermanas de Shakespeare. Liliana Heker