“A mí me gusta más” (Borges elige sus mejores cuentos)

a mi me gusta mas Borges

“A mí me gusta más” (Borges elige sus mejores cuentos)

Hay escritores, críticos. Hay lectores. Eligiendo, seleccionando, mencionando, los mejores libros, novelas, poemas, cuentos, de nuestros queridos escritores.

Pero, en algunos casos, podemos interrogarlos a ellos mismos. No tenemos que coincidir. Pero tampoco ignorar.

Y es también, probablemente, parte de la construcción, de la escritura, de su obra y de esa otra obra que es la imagen de sí mismo.

Visitemos entonces a Borges respondiendo a la pregunta sobre sus mejores cuentos, según él mismo.

En 1944, en un Prólogo, nos dirá “’El Sur’ que es acaso mi mejor cuento”.

En 1958, en una entrevista responde que “prefiero ‘El Aleph’ y ‘Ficciones’. Este año obtuvieron el Premio Nacional, y creo que el jurado los eligió bien, porque nunca he sido del todo poeta y la crítica también es algo accidental en mi obra. Unos pocos poemas míos me conforman y no quisiera que me juzgaran por mis poemas. La poesía para mí ha sido siempre una aventura. Quiero que me juzguen por los cuentos fantásticos”.

En 1962, “un año después de aparecido ‘El hacedor’, Borges le confiesa a Enrique Zuleta Alvarez que el volumen es lo mejor de su obra y si mereciera ser recordado por alguno de sus libros, sería por éste”. En su Autobiografía lo ratificó: “me parece mi obra más personal, y para mi gusto la mejor”.

En 1964, nos dice también en un Prólogo que “de los muchos libros de versos que mi resignación, mi descuido y a veces mi pasión fueron borroneando, ‘El otro, el mismo’ es el que prefiero”.

En 1967 en una entrevista con Burgin, en Cambridge, había dicho que era ‘La intrusa’, “el mejor cuento que he escrito jamás”.

En 1970, escribió que “en cuanto a las Crónicas de Bustos Domecq, pienso que son mejores que todo lo que publiqué bajo mi propio nombre y casi tan buenas como cualquier cosa escrita individualmente por Bioy”.

En 1971, le dijo a María Esther Vázquez que era ‘El congreso’, que lo “prefería a todos los que había escrito, y agregó: ‘Si de todos mis textos tuviera que rescatar uno solo, rescataría ‘El congreso’. Y lo reitera en la contratapa de ‘El libro de arena’.

En 1973, dirá a María Esther Vásquez: “Hay dos libros que me han granjeado alguna fama: ‘Ficciones’ y “El Aleph’. Es decir, los libros de cuentos fantásticos; pero yo ahora no escribiría cuentos de ese tipo … A mí me gusta más ‘El informe de Brodie’”. Aunque ‘El Aleph’ es un cuento que me gusta”, y, sin mencionarlo como “el mejor” dirá que “hubo otro cuento ‘Las ruinas circulares’, con el que me ocurrió algo que no me había sucedido nunca … la inspiración”.

Recuerda María Kodama: “’El Golem’ el poema que en varias ocasiones consideró el mejor de los suyos”.

También en 1973, en una nota en un diario, nos decía que “no todos mis cuentos me desagradan. Rescatemos tres, que pueden ser cuatro o dos: El primero, ‘La intrusa’ … El segundo ‘El Aleph’… El tercero ‘El sur’… En cuanto a los poemas el que suelo preferir es ‘El Golem’… También me gusta ‘Límites’”.

En “1974 Ediciones Orión publicó la antología Mi Mejor Cuento. Borges eligió ‘Juan Muraña’ de El Informe de Brodie, 1970, y escribió una nota que dice así: ‘Desde luego la palabra mejor carece de un sentido constante; depende del lector, del ánimo y del momento. ‘Juan Muraña’ me gusta porque me trae antiguas memorias de mis orillas de Palermo, el del protagonista y el de Carriego, y sobre todo por la idea de que los hombres pueden dar a las cosas una vida tenaz que sobreviva a su corrupción corporal. En mi relato el cuchillo es el ejecutor de la muerte del gringo, no la vieja mujer desvalida. La misma fantasía se encontrará en las páginas de ‘El encuentro’.”

En una entrevista en 1979 vuelve a señalar algunas preferencias: ’79. “Mis libros. Se ha exagerado su valor. Algo, sin embargo, puede salvarse. Como todos los escritores, he escrito centenares de páginas para merecer una línea. Me incomoda el intrincado estilo barroco de mis primeros libros. En lo barroco veo ahora un pecado de vanidad. Ese pecado es harto visible en ‘El Aleph’ y también en ‘Ficciones’. Estoy más cerca de mis versos que de mis cuentos, que son pequeños objetos verbales. El primer poema verdadero que me fue dado descubrir se titula ‘Llaneza’ y lo incluye el breve volumen ‘Fervor de Buenos Aires’. Está dedicado a Haydeé Lange. ‘La noche que en el sur lo velaron’ es el segundo. Después vendrían otros, no demasiados. Recordemos, esta tarde, ‘El Golem’, el ‘Poema conjetural’, ‘Everness’, los cinco versos de ‘La luna’ y ‘Alusión a una sombra de mil ochocientos noventa y tantos’. He hablado de versos y de prosa, pero no creo que haya una diferencia esencial: ‘Borges y yo’, si no me equivoco, no es menos poesía que mis poemas. Digo lo mismo de la dedicatoria a Lugones que inicia ‘El hacedor’. He perdido la cuenta de mis libros. Quizá todos son prescindibles; si tuviera que elegir dos, optaría por ‘El libro de arena’ y por ‘Historia de la noche’”. (OC, t. XIX, p. 450).

Desde luego: “a mí me gusta más”, es algo inconstante. A veces por tratarse de una obra personal. A veces por ser “el mejor”. A veces por ser solo una preferencia. A veces por ser resultado de una cualidad, como la inspiración. A veces por la imagen que te transporta a algo muy querido de nuestras vidas.

Están en una elección siempre, todas las variantes posibles, cambiantes, excluyentes, complementarias, flexibles, carentes de rigideces: el mejor modo de elegir, y de saber que cambiaremos nuestra elección.

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